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Diario Reflexivo

"LOS PROFESORES: A MEDIO CAMINO DEL CURRICULUM Y LOS ALUMNOS"

Una vez vuelto a leer el texto “El currículo como texto de la experiencia” de Gimeno Sacristán he podido fijarme en una serie de aspectos que en la primera lectura no me centré.

Podemos extraer distintas conclusiones que nos hace llegar el autor como serían el considerar el currículum como un conjunto de intenciones, éstas pueden ser explícitas o implícitas y lógicamente estas intenciones tienen una finalidad a nivel educativo como es ejercer influencia sobre el desarrollo y la orientación de los individuos, al fin y al cabo, educar.

Pero adentrándonos más en sus palabras me hace recapacitar sobre un aspecto principal; ¿por qué centrarnos tanto en el texto curricular y no en las personas que lo transmiten y lo ponen en práctica? Sí, a día de hoy, me centraré en los profesores, es decir, voy a echar tierra sobre nuestro propio tejado.

En este sentido y tal y como podemos leer en el texto, las administraciones no pueden ir más allá de crear un buen texto pero, ¿quién lo aplica? Para que un proceso culmine perfectamente y con éxito cada uno de los eslabones de la cadena tienen que funcionar, si falla uno de ellos, el proceso sería incompleto. ¿Podemos asemejarlo con la educación?

Si se supone que tenemos un buen texto curricular pero a los alumnos no les llega, en el sentido de que no se cumplen las expectativas, no es atractivo, hablamos de fracaso escolar, desmotivación, … ¿Quién se encuentra a mitad de camino del currículum y de esos alumnos? Uno de esos elementos son los profesores. Gimeno nos pone una metáfora muy acertada “necesitamos buenos músicos y buenos instrumentos”. Y cierto es, si echamos la vista atrás y nos situamos en nuestra infancia y adolescencia, no puedo recordar a todos los maestros/as que me han dado clase tanto en el colegio como en el instituto, pero casualidades de la vida recuerdo perfectamente a unos pocos, su nombre creo que no se me olvidará nunca, y justamente con esos pocos el aprendizaje era algo divertido, motivador, querías aprender más y más… ¿serían estos maestros/as de los que tanto me acuerdo los que verdaderamente no sólo se limitaban en centrarse en la enseñanza sino que tenían muy en cuenta el aprendizaje? ¿Serían estos profesores los que día a día se preguntaban cómo transmitir el currículum a sus alumnos? ¿Serían aquellos que pensaban en experimentar e innovar con sus alumnos? Sinceramente creo que sí.

Por ello, para poder hablar de la calidad en la educación creo que no basta con elaborar una nueva ley sino que hay que tener en cuenta todos los eslabones de la cadena, es decir, no sólo hay que centrarse en cambiar el currículo sino que uno de los puntos más importante para dar a la educación el giro que se pretende es el del profesorado. Empezando por la formación inicial universitaria que se aleja, como en muchos otros estudios, de la realidad del aula, y continuando por supuesto por el sistema de selección del profesorado, la famosa oposición, un proceso del que podríamos estar hablando largo y continuo pero que resumiendo no reúne unas pruebas apropiadas para seleccionar a los futuros docentes. Pero siguiendo en esta línea, uno de los aspectos donde creo que también falla el sistema es en tu primer año como docente, pienso que independientemente cómo accedas quiero decir de interino o de prácticas, el profesor ese primer año se enfrenta “sólo” a la realidad del aula, sin estar preparado. Pienso que ese primer año en un centro tendría que ser completamente tutelado con otro docente que realmente te enseñe y ganaríamos en calidad porque no tendrías que estar adivinando tus primeros años cómo tienes que actuar, qué estrategias debes aplicar, qué técnicas, etc.

Y por supuesto, no quiero terminar sin señalar que durante toda nuestra carrera profesional debemos seguir formándonos, experimentando, ayudándonos unos a otros, mirando a las necesidades reales de los alumnos, motivándonos nosotros mismos por superarnos, etc. En definitiva, trabajar igual de bien que aquellos maestros de los que nos acordamos a día de hoy, que seguro que mucho tienen que ver en nuestra decisión de pertenecer a esta profesión.

1 comentario

leonor -

Valiente decisión Virginia, comenzar por uno mismo, y centrarnos en nuestro papel de mediación. Creo que cada claro no de culpabilización ni asumir toda responsabilidad sino las que nos toca que ya es bastante y en cómo lograr ese rol de facilitadores/as, de diseñar entornos valiosos, crear situaciones de aprendizaje... Eso sí como bien indicas necesitamos apoyo, aprendizaje continuo, desaprender y aprender, y también reconocimiento, medios... pero se resume en autonomía y responsablilidad. Pero en el otro cuatrimestre lo veremos...