LA REALIDAD DEL CURRICULUM: TEORÍA Vs PRÁCTICA
Básicamente podríamos comenzar esta reflexión con una pregunta bastante difícil de abordar: ¿cuál es la realidad del currículo?
Su respuesta radica en 2 concepciones opuestas que me gustaría analizar:
- En primer lugar y tal y como nos refleja Contreras, el currículo podríamos entenderlo como un instrumento, es decir, un repertorio de actividades y materiales que nos expresan lo que tenemos que hacer.
¿Y en realidad para un maestro no es esta la concepción que tenemos de currículo? ¿No es cierto que cuando llegamos a un centro nos dan ya los materiales elaborados? ¿Quién ha llegado alguna vez en septiembre nuevo a un centro y le han dado opción en discutir o reflexionar sobre los objetivos o finalidades que se plasmarán en el proyecto educativo, o sobre los materiales o libros de texto que serán los más idóneos?
La realidad es muy distinta. ¿Cómo un profesor va a revocar una decisión que ha sido tomada en junio por otros compañeros?¿ cómo va a decir que no va a utilizar ese material o esa herramienta que ya ha sido comprado por los padres?¿cómo va a ser capaz de afirmar que no utiliza ese material porque no le permite aprender, ni experimentar, ni innovar?
Por todo ello y sin ánimo de generalizar, desde mi punto de vista la definición de currículo corresponde a la de un instrumento, o lo que es lo mismo, un documento con carácter obligatorio que debemos elaborar, un mero trámite que quieres terminar cuanto antes y simplemente se queda ahí, en la teoría. Esto que afirmo no quiere decir que luego en la práctica en el aula no innoves, no trates de experimentar con nuevas actividades o nuevos métodos, pero esta experimentación no viene precedida por la elaboración del currículo porque entiendo que el currículo es un documento, es decir, no pienso que sea en el currículo donde se plasmen esas innovaciones o ese enriquecimiento de tu práctica.
- En segundo lugar, la otra concepción de currículo que nos propone Contreras, sería el currículo como espacio de experimentación, es decir, una hipótesis de trabajo, un espectro de posibilidades con el que el profesor pudiera aprender sobre la naturaleza de su trabajo, sus condicionantes y sus aspiraciones. Un material que pretenda mejorar la práctica educativa, en definitiva, un material de aprendizaje para el propio profesor.
Y yo me pregunto, ¿realmente en la escuela actual se da cabida a un concepto de currículo como éste? ¿No es cierto que no estás tú sólo en el centro sino que tienes un nivel y un ciclo con el que coordinarte en las distintas decisiones que afectan a ese currículo y que no a todo el mundo le gusta innovar o experimentar?
En este sentido, me refiero a que hay muchas circunstancias que creo que impiden el enriquecimiento y mejora de un currículo. Imaginemos que llega un maestro nuevo a un centro con muchas nuevas ideas, muy dispuesto, activo, participativo y con muchas innovaciones en el bolsillo, pero se encuentra con un claustro maduro, cómodo y sin ganas de historias nuevas porque están muy bien cómo están.
En este caso, todas esas nuevas ideas caerían en saco roto y, al final, simplemente en su aula sería donde utilizaría y aplicaría todos sus conocimientos, sus intentos por mejorar su práctica o incluso sus innovaciones. Pero nunca se quedaría plasmadas estas nuevas intenciones en el currículo de ese centro.
Lo que quiero decir con este ejemplo es que en la realidad no creo que tal y como se conciben en los centros los currículos a día de hoy sean estos el lugar donde se plasmen las innovaciones. Pienso que las innovaciones buscan otros lugares, se plasman en revistas educativas, en páginas de innovación, en experiencias innovadores, etc.
Pero por otro lado y como conclusión también me pregunto: ¿le interesa a la administración este concepto de currículo, este proyecto tan abierto donde todo el mundo puede opinar? ¿Le interesa que toda la teoría quede plasmada en la práctica? Con esto me refiero a todos aquellos centros que se encuentran perseguidos por la administración (que los hay) ya sea por sus señas de identidad, sus ideales, por el profesorado que trabaja en él, etc; y suele dar la casualidad que muchos de estos centros son los que están en los primeros puestos en innovación y experimentación. Por ello, la pregunta que nos debemos hacer es, ¿cuál es la realidad del curriculum?
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leonor -